¡Hola a todos!
En verdad, a mi me ha tocado muchos arrimones. Tanto en el transporte público, como en lugares donde hay mucha concurrencia Pero la que más recuerdo es ésta...
R-48.- ANÓNIMA
...Hace mucho tiempo, cuando vivía en la Ciudad de México, y era estudiante universitaria, recuerdo que una mañana (mejor dicho madrugada) saliendo de casa iéndome a la escuela. En la pesera me tocó lugar en el asiento, no pasó algo interesante. Pero llegando a la estación Pantitlán, ya que vivía en la zona oriente, me tocó lo de siempre, lleno el andén y esperando a que llegará el metro vacío para abordarlo. Esta vez, estaba atrás, en la espera, llegó el convoy, entré pero casi no llegué a entrar. Ah se me olvidaba, no fui a la parte “destinada para las damas” con la prisa y el poco tiempo que tenía no alcancé a llegar a ésa zona. Entonces, me tocó estar en la parte de atrás con los maravillosos y hermosos hombres trabajadores y madrugadores.
Ya dentro del vagón, en ése día iba vestida de falda medio larga entallada, con unas botas medianas con tacón de aprox., de 10 cm lo que me hacía tener mi culito respingón, me quedé apenás en la puerta donde se abre y se cierra durante el trayecto dirección Tacubaya. Como iba casi lleno, durante las primeras estaciones no entraban ni salían, y yo seguía estando en la puerta; no fue hasta llegar a la estación de Velodromo donde apareció un viejito más chaparrito que yo, mido 1.58 y luego con las botas. Pero como casi siempre, en ésa estación se le ocurrió al conductor del metro hacer una parada bastante prolongada, y el viejito pués no intentó en el momento entrar, pensé que no lo iba a hacer, pero que error estaba.
En el tiempo que estuvo parado el convoy, llegué a mirarlo un par de veces, ya se veía un poco acabaron, de edad avanzada. Al momento de sonar el sonido para partir en las puertas, veo de reojo al viejito acercándose a mi, detrás de mí. Lo que hizo fue estar detrás de mí, intentando entrar, pero como yo estaba literalmente impedida de entrar más, lo que hizo fue intentar entrar, haciendo un movimiento de cadera hacia adelante varías veces, empujándome con su cadera en mi culito, así como el movimiento de las penetraciones. Y yo la verdad, no me molestaba; pero tampoco dí muestra de que me gustara opté por mostrar mi rostro como “que no pasaba nada”. Y así estuvo, cuando intentaba cerrar las puertas en las estaciones de Mixhuca y Jamaica, lástima que se tuvo que bajar en Chabacano y yo me seguí hasta metro Centro Médico para ahí transbordar hasta Ciudad Universitaria.
Después de que se bajó pensé, y lamenté no disfrutar más de esos arrimones, y cuando el metro estaba en movimiento, él estando detrás de mí, apoyando su parte delantera en mi culito, moverlo disimuladamente, y quizás envíarle un mensaje que me acompañará a la Universidad, pero ni modo. Son experiencias que te hace para poderla apoyarla después. Espero que le guste mi experiencia máxima en los arrimones, prometo contarles más. Mi foto
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