sábado, 20 de febrero de 2016

R-64.- ANÓNIMO!

La historia con mi prima hermana comenzó cuando yo estaba en la secundaria...
R-64.- ANÓNIMO!

... Mi prima vive en un pueblito cercano a la ciudad, como a eso de una hora de donde yo vivo. Ella era de un físico normal, comenzaba a desarrollarse, típico de una niña de secundaria... yo también comenzaba mis experiencias de cachondeo de pubertad.
Cada visita era aprovechada para primero darnos besos de entrenamiento un tanto prohibidos. Poco a poco las cosas fueron subiendo de tono, los juegos y besos cambiaron a abrazos a manoseos, no perdíamos oportunidad para acariciarnos. Me deleitaba acariciar su panochita que comenzaba a cubrirse de abundante bello y qué rico comenzaba a mojarse... A ella le encantaba acariciar mi pene de buen tamaño y que a esa edad con cualquier roce se ponía a mil. Pasaron meses en los que sólo teníamos este tipo de juegos. A esa edad era un tabú irte a comprar preservativos a una farmacia. Cada vez que la visitaba era sin previo aviso y en ninguna ocasión iba preparado con condones por si acaso mi golosa primita quería que la penetrara. Cierto día le comenté que me encantaría que la próxima vez que la visitara, quería hacerla mía y penetrarla como tanto habíamos deseado.
Pasaron algunos otros meses hasta que por fin la visité, era el cumpleaños de mi tío. Ante el alboroto de la fiesta y los invitados bebiendo y comiendo, aprovechamos la ocasión para escaparnos sin ser echados de menos, al segundo piso de la casa que se encontraba en plena remodelación. Ahí comenzamos con un cachondeo intenso como nunca lo habíamos tenido jamás. Primero se sentó en mis piernas y comenzó a hacerme un baile propio de cualquier dancer de un club, cómo movía ese culito tan hermoso y tan bien proporcionado. Como lo dije, estaba en pleno desarrollo y sus nalgas estaban en un muy buen punto. Pasé de las caricias a dedear esa panochita que me deleitaba con sus abundantes jugos (de sólo recordar la cantidad y el riquísimo aroma me excito) Pues bien, ella acariciaba mi pene y por más que le pedí, no quiso mamarlo, decía que no lo había hecho jamás y que no se le antojaba En fin, sus razones tenía y no la forzaría.
Después de un buen rato de jadeos y ricas sensaciones, le dije que era momento de penetrarla, a lo cual gustosa accedió y me dijo que me confesaría algo: era virgen y su experiencia en el sexo se limitaba al cachondeo que había iniciado conmigo desde tiempo atrás. No me lo podía creer, desvirgaría a mi primita querida y juguetona. Para ser sinceros, para mi también seria mi primera vez�?� ¡que penetraba!
Tendimos una manta en el suelo, ya que como dije, el segundo nivel de la casa estaba en remodelación. Ahí me dispuse a bajarle lentamente el pants y el panty, seguí acariciando sus pezones, besando y mordisqueando, mientras con la otra mano luchaba por despojarla de las prendas que me permitían ver su hermosa piel morena clara. Tener esos pezones a mil, por hora en mi boca, era súper delicioso. Estando los dos desnudos, sin dejar las caricias de lado, acerqué la punta de mi pene a la entrada de esa rica rajita tando deseada y soñada por mí, la pasé varias veces por la entrada de su rajita, ella jadeaba como toro queriendo embestir. En un principio me llamo la atención la forma de jadear ya que jamás había hecho un sonido parecido, comprendí que el nivel de excitación era enorme, sentía que si no la penetraba en ese momento, me vendría en la entrada de su raja, por lo que decidí penetrarla. Comenzó a resbalar lentamente, fue maravilloso sentir lo caliente que estaba ese espacio entre sus labios vaginales, lo hacia lento, no había reventado su himen aún, cuando súbitamente, me detiene y reacciona: ??!salte, no traes condón!. Efectivamente, no habíamos previsto los condones. Fue tal la calentura, que me dijo: "primito, esta bien? cógeme, fóllame, soy tuya? ¡no te detengas! ¡Qué importa, esta bien así!?
Escucharla decir esto me enloqueció, y reanudé la penetración, era impresionante ver y sentir la cantidad de líquido que hacía que mi primita se mojara. Me fue extremadamente rico romperle la rajita y por fin lo hice. Cuando ella lo sintió, a pesar de su calentura me rasguñó la espalda y gritó. Ese grito fue algo extraño en ese momento ya que fundía dolor con placer (esperaba que nadie en la fiesta haya escuchado) Después, de bombear un poco, sentí que no resistía más. Ella parecía no sufrir mas dolor, le estaba encantando sentirse partida por la mitad, entre gemidos me pedía que no parara, pero que mi lechita no se la arrojara en el interior... ??¡no quiero quedar embarazada! (Tal vez era tarde, aunque por fortuna no quedo embarazada!)
Cuando ya mi pene no pudo resistir más ese mar de líquido vaginal, saqué mi pene y arrojé todo sobre sus pechos, parecía alguna escena típica de peli xxx. Fue una follada excitante debido a la probabilidad de que alguien nos echara de menos y más porque en cualquier momento podrían buscarnos, cosa que sucedió justo cuando estaba en ese momento de satisfacción, después de recién haber eyaculado. Mi primito grito el nombre de ella buscándola, rápidamente a vestirnos y a limpiar (¿con qué?) los restos de semen de su pecho. Fue demasiada adrenalina correr en contra de ser encontrados desnudos y ella embarrada de semen en sus pechos. Por fortuna alcanzamos a vestirnos sin ser descubiertos. ¡Esa follada fue entrañable!

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